Oteo nace de la convicción de que tener referentes amplios y realistas permite a las personas proyectarse en distintas realidades y tomar un camino que les llene

Hoy en día—gracias a la globalización, a la versatilidad de las carreras universitarias, al mundo digital, al upskilling al alcance de todos y, más recientemente, al mundo del teletrabajo—las posibilidades de carrera y modelo de vida son muchísimas. Aunque esa sensación de posibilidad es maravillosa, la realidad es que muchos jóvenes (y no tan jóvenes) se sienten perdidos y abrumados a la hora de decidir su próximo paso profesional, y muchas veces eligen de manera inadecuada. Esto se debe a dos razones principales: una estandarización de la definición de éxito, que lleva a muchas personas a tomar decisiones sin tener en cuenta sus prioridades y motivaciones intrínsecas; y la falta de referencias amplias, diversas y realistas de las opciones que existen, más allá de las que te dan tu círculo familiar y social y la promoción de las empresas con más recursos para reclutar talento. Estas fricciones a menudo generan una gran insatisfacción y un impacto social y económico negativo.

En mi caso personal (Mariana Lanzas Goded, fundadora de Oteo) el momento me llegó cuando decidí irme de McKinsey & Company, consultora donde estaba trabajando en Londres. Aunque tenía unos intereses muy claros en el ámbito de la educación y la protección del medio ambiente, y había ido adquiriendo experiencia y formación útil, me sentí completamente perdida a la hora de decidir mi próximo paso. Literalmente me faltaban ideas concretas o ejemplos de cómo aterrizar mis intereses en opciones profesionales que me encajaran. En ese momento me di cuenta de que algo fallaba. Aunque el mundo digital y el auge de plataformas como LinkedIn nos hace pensar que el tema del talento está resuelto, la realidad es que faltan herramientas que nos ayuden a encaminarnos en un rumbo profesional y vital que nos ilusione.